¿Cómo te ayuda la arteterapia a sentirte una persona más plena? De lo conocido a lo posible.
Toda persona tiende a la plenitud, como puede, como sabe, se quiere sentir más plena. Desde nuestra experiencia atendemos esta necesidad, generalizada y cíclica, ofreciendo unas bases de trabajo que fomentan la autoconciencia, la creatividad y el lenguaje del arte como alternativa a lo verbal.
Sentirme una persona plena.
Saberse y sentirse una persona plena está relacionado con una sensación de totalidad, integridad o completud, que va ligada a la propia vida. Va cambiando y se reactualiza con las vivencias internas y las circunstancias externas, por lo que ya de base es un concepto vivo y cambiante.
Esta característica de movimiento y transformación constante es similar a la que mueve nuestro organismo físico. La dificultad de ajustar esas metamorfosis a nivel emocional y mental es lo que va alimentando la sensación de sufrimiento, y en los peores casos las somatizaciones, la enfermedad y el dolor.
Alimentada además por una falsa esperanza de que en esa plenitud no existan momentos difíciles ni expectativas truncadas. Una expectativa tan alta como frágil, ya que cualquier caída o desajuste, cada pérdida y frustración, nos pone de nuevo ante la realidad de ser seres en movimiento, en cambio. De ser seres vivos.
Esta experiencia interna de desajuste la escuchamos de muchas de las personas que se han unido a nuestras propuestas, ya sean talleres o formaciones. A veces la expresan desde la conciencia plena de necesitar tomar partido y responsabilidad personal. En otros casos como una amenaza latente que no llega a encontrar motivos ni razones, pero que está ahí, latiendo por ser atendida.
Esta sensación es tan común como humana, el deseo de volver al origen armónico del que venimos, a la pureza y lo esencial, a la facilidad de fluir y vivir, de tocar esa plenitud que en lo más interno sentimos como posibilidad.
Desde nuestra forma de trabajo vemos a la salud, entendida en el más amplio sentido, que nos llama desde nuestro interior, sin descanso, aún incluso a través de la enfermedad y el dolor, de la tristeza o la angustia.
Nuestra visión integrativa del ser humano, como salud y enfermedad, con alegría y dolor, con luces y sombras, en vibración constante; es la base de nuestra Arteterapia Gestalt, una visión donde tomamos este punto de inflexión como una oportunidad para conocernos, para atender lo que sentimos y tratar de ponerlo a favor de la vida y la salud.
Nos acercamos a la plenitud cuando dejamos de separarnos de esto que también somos.
“Para llegar a lo esencial hemos de atravesar las máscaras. “
Javier Melguizo
Lo conocido como puerta a lo posible.
Esta parte de las personas, a menudo tan ocultada y por tanto tan atendida para no ser vista, es el punto de partida, es lo conocido. Aunque tratemos de profundizar en nuestra esencia, paradójicamente nos relacionamos casi más de lo que pretendemos con aquellas facetas de nuestro ser que pretendemos evitar. Una paradoja que alimenta aún más nuestro dolor e insatisfacción.
Recorremos de forma inconsciente el mismo camino para salir del “laberinto”, buscando que al final por fin se aparezca una salida diferente. Y aquí es donde entra en juego desde Arteterapia la creatividad y el lenguaje creativo. Casi como una carta comodín que guardamos en la infancia y que sigue disponible.
Esta es una de las grandes capacidades del ser humano, atenderse con creatividad, buscar nuevas salidas para caminos finitos. Esto es lo que te ofrecemos en Arteterapia, recuperar las aptitudes creadoras para transformar e integrar nuestra forma de vivirnos, sentirnos y aceptarnos.
El arte, como espacio seguro simbólico, está lleno de posibilidades para mostrarnos, para tocar eso intocable, para respirar aquello que nos ahoga, para ser todo lo que con palabras y mente aún no podemos ni atisbar.
“Los sentimientos y pensamientos más fundamentales de las personas, derivados del inconsciente, alcanzan su expresión a través de las imágenes y no de las palabras.”
Margaret Naumberg
Es a partir de estos nuevos lenguajes y materiales donde alumbramos de nuevo lo posible, donde rescatamos ese poder de transformación que creemos solo humano, y en todo caso es más natural.
Incluyendo en esa exploración el propio cuerpo como primer material físico y tangible de expresión, desde lo orgánico, buscando una relación con el cuerpo más abierta a la escucha y la comunicación que a la mera efectividad. El cuerpo, nuestra primera casa, se nos ofrece como vehículo de expresión y los materiales y técnicas como nuevas herramientas, una extensión de nuestra propia capacidad creadora.
Y poco a poco vamos redescubriendo cómo ser actores y actrices de nuestra propia escena, reactualizando nuestro sentir y buscando ese equilibrio. La posibilidad de ser plenitud en constante cambio.
“La adaptación no es un proceso pasivo, sino activo, lo cuál quiere decir que el organismo, al adaptarse, se está modificando, pero a su vez, modifica el medio. El organismo no sufre la adaptación, sino que es un actor de ella”
Juan Delval Tuit
La Arteterapia Gestalt ofrece, a cualquier persona, la posibilidad de vivirse de una forma más plena poniendo a su servicio la visión integrativa y el potencial expresivo de los materiales y técnicas corporales y artísticas.
Escrito por María Sanz para Hephaisto.