Antes de citar los beneficios concretos del uso de Arteterapia en el acompañamiento a personas con deterioro cognitivo y daño cerebral es importante destacar dos aspectos del contexto vital en el que se encuentran ellxs y sus familias.
Cualquier enfermedad nos hace sentir la vulnerabilidad de nuestro cuerpo, y en el caso de este tipo de diagnósticos se añade una vivencia generalizada de pérdida, limitación y frustración que requiere de cambios a muchos niveles.
En este sentido cierta parte de las intervenciones y apoyos sociosanitarios están enfocadas como es lógico a alimentar el optimismo, la esperanza, la motivación para la aceptación, la lucha diaria y el disfrute por cada pequeño logro o avance.
Lo que queda por tanto negado y desatendido son todas esas experiencias y emociones más difíciles de acompañar como son el enfado profundo con la vida, la desgana y la desesperanza para afrontar cada día, la dificultad de encontrar una motivación cuando cada día se pierde algo o se entiende menos el mundo exterior, la dificultad para encajar en un mundo y unas rutinas que a todas luces nos exigen estar a la altura aún sin quererlo.
Por otro lado, es complejo para todas las personas afectadas por un diagnóstico de este tipo ayudar, cuidar y acompañar a un familiar respetando sus deseos y necesidades y las de su entorno. Apelando a su autonomía posible y confiando también en lo que saben que les va bien.
Sin duda encontrar el equilibrio es una tarea de autocuidado para los profesionales y familiares.
Por ello es también habitual encontrarnos con que al convertirse en pacientes y afectadxs, las personas que sufren este tipo de enfermedades, no sólo viven la enfermedad orgánica, sino sus consecuencias a nivel social, participativo y de pertenencia.
Teniendo esto presente, la evidencia de mi trabajo continuado durante 4 años en este sector, me permite compartir los siguientes beneficios que fui confirmando con las personas asistentes, el equipo multidisciplinar del centro y las familias con las que pude comunicarme: